jueves, 8 de octubre de 2009

"Quid pro quo": Hoy por mí, mañana por...

TANTO MONTA, MONTA TANTO

“Por donde pasa el agua moja y por donde pasa el aceite mancha”... Es una máxima que siempre sale a relucir cuando se habla de corrupción, ya que termina ilustrándose la sentencia con una pregunta ...y por donde pasa el dinero, ¿que ocurre?
En este bendito idioma de Cervantes tenemos muchas maneras de llamar a las cosas y la corrupción política no puede ser una excepción. Soborno, cohecho, prevaricación, compra, deshonestidad, regalo, mangoneo, desviación de fondos, malversación, desfalco, fraude, estafa... etc., etc., etc.
Por supuesto todas estas palabras son gravísimas en el caso de referirse a una acusación, y no quisiera yo aquí manejar material tan peligroso, ya que, bien demostrándose su veracidad o falsedad, siempre sale alguien escaldado.
Acusar a un político de “dejadez, falta de rigor, hacer la vista gorda...” también es un tema delicado, ya que hay que tener en cuenta que no hay nada más sensible que el honor de quien maneja los asuntos públicos.
¿Y el honor de los ciudadanos?, ¿que es peor: que le digan a un edil que beneficia a unos más que a otros o que los vecinos sean tratados de tontos?
Entre otras acepciones el honor se identifica con el respeto y buena opinión que se tiene de las cualidades morales y de la dignidad de la persona.
Que difícil lo tiene el pueblo para exigir una administración respetuosa y digna. Y que fácil lo tienen los dirigentes, no hay que irse muy lejos para verlo, para echar el peso de la ley sobre el que ose levantar la voz. Y ya no solo con la ley, sino que sobran mecanismos de poder para ensañarse con el incómodo y débil.
Lo de ahora en España, lo del caso Gürtel, es cosa aparte, es caza mayor, pelea entre tiburones, pesos pesados de la política robando a manos llenas, financiando fraudulentamente los partidos y de camino llevándoselo calentito.
Cuando se roba no es lo mismo robar una gallina que cinco millones de euros. Por eso en este país las cárceles están llenas de “robagallinas” y los partidos políticos simpatizan con los millonarios y no pasa nada.
Normalmente lo que funciona es el “quid pro quo”, o lo que es lo mismo, el intercambio de favores, que se solucionaba en las altas esferas: Yo no denuncio, por ejemplo, a tu alcalde corrupto en Madridejos y tu haces la vista gorda con aquel otro mío en Los Palacios. Y aquí paz y después gloria.
Este escándalo se solucionará con un castigo “ejemplar” a algún chivo expiatorio y los demás a lo suyo, no les interesa liar más la madeja, porque ya se sabe que ciertas cosas cuanto más se remueven más huelen.
Hay quien dice que la información es poder, aquí eso no es cierto, aquí sí sabes más de lo que te conviene te pueden complicar la vida. Por eso se pasa de largo ante situaciones comprometedoras o poco claras prefiriendo que te tomen por tonto, y no denunciar, a que, por llamar chorizo al chorizo, tengas todos los disgustos del mundo y el futuro negro.
Hablando de otra cosa...¿Alguien sabe a como está el metro cuadrado de solar en el camino el barco, fase III?, es que no estoy al día, sé que el Ayuntamiento en el 89 lo subastaba a 4100 pesetas para vivienda de protección oficial, y me extraña ,que aún hoy haya tantos sin edificar.
Lo dicho, ¡que país este, a donde vamos a llegar!. Ya queda menos.

1 comentario:

  1. no os gusta la fota la derecha unida como se nota son los mismos

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