Marmolejo. Un pueblo con hambre es más fácil de controlar.

Aún se conservan frescas en la memoria de muchos vecinos las palabras del alcalde cuando, hace unos años en un pleno dedicado en su mayor parte al Balneario, aseguraban que este era la principal prioridad para el Equipo de Gobierno y que ninguna obra se movería en Marmolejo mientras no se terminaran los arreglos del balneario. Ni que decir tiene que las obras a las que se refería no solo se paralizaron durante años y todavía hoy no solo no se han terminado, sino que si se terminan va a ser "gracias" a las riadas de este invierno que van a servir para matar dos pájaros de un tiro, arreglar los desperfectos y terminar una obra inconclusa desde hace varias temporadas.

Lo mismo que pasó con el Balneario, en menor o mayor medida ha ido pasando con otros proyectos, vitales y prioritarios que luego han pasado a languidecer en un olvido tan ignominioso como calculado ya que en realidad no ha habido nunca intención, ni dineros para terminarlos, véase el caso de la residencia de día, el propio Balneario y el más reciente de la nueva fase del polígono industrial, que ya se reconoce abiertamente que va para largo porque no hay lo que hay que tener para ponerlo en marcha, léase 6 millones largos para un transformador, amen de que se quede en el aire cualquiera de las obras que están en marcha o proyectos como el termosolar, que al parecer el sitio buscado y tratado por nuestro alcalde, no es idoneo, el de la Dehesilla, que tiene mala cara y menos papeles que una liebre, el de los hoteles en el Balneario, que por fin se han dado cuenta que no hacen falta, por el momento, el arreglo del poblado, que cuanto más se promete más se sospecha en que no se haga o al menos en el grado prometido, 1 millón de euros presupuestados para gastar en pocos meses en un sitio donde no se han gastado un duro en veintitantos años..., y el propio proyecto termal que se nos quiso vender como pelotazo en el último pleno y al que no le falta ningún ingrediente de los que suelen acompañar las actuaciones municipales: dudas sobre la financiación y viabilidad, parabienes de la Junta a titulo extraoficial, promesa de ser la solución al paro y la crisis en Marmolejo y algún candidato misterioso para gestionarlo, pero esto lo vamos a ver más detenidamente más adelante.

La obsesión por la obra faraónica como única vía de gestión municipal y la falta de fuelle para terminarla y aún gestionarla posteriormente, dan continuamente una idea real de lo que pasa por la cabeza de nuestro alcalde presidente de la corporación, la continuidad en el cargo pese a quien pese (que ya bastante les está pesando a los maltrechos marmolejeños), y el modelado de una realidad urbanística sobredimensionada para las posibilidades reales de un pueblo con recursos limitados,hacen que se vea obligado a mantener la contabilidad real del consistorio como un secreto de estado, de la que no se barrunta nada bueno y que solo se intuye que se mantenga, con importantes taras, practicando habitualmente y por obligación aquello de "desvestir un santo, para vestir a otro", cosa muy mal vista, ilegal y poco recomendable, pero solo es una intuición ante la opacidad y el maquillaje.

Al hilo de estas premisas no es de extrañar, que el agobiado munícipe, intente de tirar de impuestos lo que la ley le permita y esté continuamente haciendo pagar a los vecinos el precio de su megalomanía y descontrol presupuestario ya que otra no le queda, bueno si, vender lo invendible: las parcelas de un polígono sin luz ni agua, las plazas de garaje que inicialmente eran públicas a precios de cochera cerrada, los montes públicos del Ayuntamiento, léase Dehesilla, y además enredarse en descabelladas iniciativas al estilo de los "cuentos de la lechera" para disimular lo que es tan difícil  de disimular cuando entra en una casa, la ruina.

Lo que no es de recibo, porque aunque nosotros creemos en la necesidad y eficacia de los impuestos, siempre que sean de una forma racional y progresiva, es que se utilicen estos para vetar la entrada de empresas a Marmolejo, ¿sabe la empresa que venga a gestionar la estación termal del Balneario que si factura más de un millón de euros, pagará el IAE más caro de la provincia?.  Es seguro que ese dinero le vendrá de perlas al municipio, pero corremos el riesgo de matar antes de tiempo a la gallina de los huevos de oro, a no ser que los tiros vayan por otro lado y lo que pretenda desde el Ayuntamiento es que no vengan empresas a Marmolejo.

Esto sería gravísimo, aumentar arbitrariamente este impuesto del 1% al 3,7%  solo para sacar lo máximo posible a las empresas locales, en los tiempos que corren quizás solo las centrales eléctricas del Guadalquivir y el Yeguas puedan con esta carga holgadamente, y poner al mismo tiempo el cartel de "ni se le ocurra a ninguna empresa mediana o grande asentarse en Marmolejo, porque va a pagar más impuestos que en cualquier otro sitio".

Si el polígono, no está, pues no está, hay que aceptar que se ha mordido más de lo que se puede tragar, y que esto mismo nos está pasando con todo, pero de ahí a espantar a las empresas va un trecho. Los trabajadores de Marmolejo, esos que no tienen trabajo en las obras municipales, esos mismos a los que se les está acabando el desempleo y al alcalde engorda ver subir a su despacho a pedir trabajo, no se merecen esto. Al final van a tener razón los que dicen que en Marmolejo no hay trabajo porque no le interesa a alguien, alguien que necesita un número importante de parados en el pueblo para poner en marcha una red de clientelismo político para ganar elecciones cambiando votos por un precaria estabilidad laboral. Al final va a ser que al Alcalde no le interesa que haya trabajo en Marmolejo  porque piensa que un pueblo con el tema del trabajo solucionado no necesitará de sus "favores" y se le puede ocurrir a los vecinos votar libremente sin presiones ni miedo a señalarse.
Porque un pueblo con  hambre es más fácil de controlar. Ya mosquea la mala suerte que tiene el pueblo de Marmolejo con los proyectos municipales, que no llegan nunca a buen puerto y si lo hacen, ni dan soluciones, ni trabajo, ni nos sacan de la crisis, ni traen un futuro más estable.... "ni na de na", sin embargo nuestro querido alcalde presidente, don Cristobal José Relaño  prospera, se hace imprescindible, se eterniza en el cargo y saca tajada política de todo esto mientras el resto del pueblo sigue, como siempre, emigrando y en la incertidumbre de ¿...y mañana qué?.