martes, 21 de diciembre de 2010

En el polígono se concentra el agua de los olivares circundantes. ¿Porqué nadie lo ha previsto?

La diferencia entre un polígono viable y otro inviable, a veces no depende de él mismo, sino de la previsión de los técnicos sobre las diferentes circunstancias que le pueden afectar.
Una vez más, en Marmolejo, la falta de previsión hace que el esfuerzo inversor carezca de atractivo y sea hasta peligroso. Esperemos que se arreglen estas deficiencias, si queremos estar en primera linea y ofrecer un suelo de calidad a los empresarios que se fijen en nuestro polígono. Hay que trabajar más y fardar menos, ¿verdad, señores del Equipo de Gobierno? Porque así no vamos a ningún lado: sin luz, sin agua y con inundaciones antes de estrenarlo.

Las calles del polígono son ríos.

Por todas partes corre el agua.

Las parcelas se ven anegadas.

El polígono no puede ser el paso natural de una riada.

Esto es una señal de falta de planificación y futuros problemas mayores.

Una imagen que lo dice todo.

El agua se embalsa en las partes bajas.
Las alcantarillas hacen lo que pueden.


Pero el resultado es una inundación para la que se podían haber puesto medios.


La solución es que no entre agua de los olivos.

Ni debe saltar agua del canal al polígono.

Un polígono no debe de soportar las escorrentías de los olivares circundantes.

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