sábado, 19 de noviembre de 2011

Cuando los trabajadores, los pueblos, las mujeres y los hombres comunes y corrientes se organizan, se dotan de un proyecto y se movilizan, ellos y ellas marcan la historia.

En el día de reflexión

Julio Anguita, Miguel Candel, Salvador López Arnal et al.
Rebelión


Tanto las sociedades como las personas evolucionan, mezclando continuidad, cambio y ruptura. Hay momentos y momentos. Hoy toca la ruptura. SI bien puede parecer que las personas no hacen la historia y que la dirigen quienes tienen el poder, esto es una verdad a medias. Cuando los trabajadores, los pueblos, las mujeres y los hombres comunes y corrientes se organizan, se dotan de un proyecto y se movilizan, ellos y ellas marcan la historia. En este contexto, eso es más necesario que nunca pues vivimos una etapa sustancialmente nueva y, sobre todo, peor. Si no tomamos nota de esto, no tendremos fuerza para resistir y mucho menos para pasar a la ofensiva.
Desde hace tres años, vivimos un estado de excepción decretado por el capital financiero internacional y que tiene a la Unión Europea como instrumento dedicado a desposeer a la ciudadanía de sus derechos políticos, sociales y sindicales, y como herramienta para forzar la renuncia a la soberanía popular en cada uno de los Estados. Es el llamado Consenso de Viena, la versión europea del Consenso de Washington, aplicado en el territorio europeo y en sus Tratados de Libre Comercio con terceros países.

Este estado de excepción tiene dos características: el predominio de los poderes reales, de hecho, y la suspensión del Derecho.

En nuestro país, este Estado de Excepción está significando el desmontaje sistemático de los nodos democrático-sociales de la Constitución de 1978 y el tránsito hacia un nuevo régimen que podemos muy bien denominar demediada democracia oligárquica. Es decir, un sistema dirigido y organizado por el capital y puesto a su servicio. Es eso que en las calles se dice: la dictadura de los mercados, del 1%.

Creemos que estas elecciones, lo decimos en el día de reflexión, serán fundacionales. Gane el PP (lo más probable) o gane el PSOE, lo que sería un milagro, la clase política reinante en nuestro país va a transitar hacia un nuevo régimen político. Estas elecciones legitimarán esa operación. Nadie se ha atrevido a decir esto, pero es lo que realmente está en juego en estas elecciones. Por eso es absurdo, a nuestro entender, hacer discursos y realizar propuestas como si nuestro país viviese una situación normal y como si el orden constitucional fuese el mismo de la etapa anterior. Leer entero.

Firman este artículo Julio Anguita, Miguel Candel, Salvador López Arnal, Manuel Monereo, Ramón Pérez Almodávar, Miguel Riera, Antonio Santamaría, Jorge Verstrynge.

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