martes, 20 de mayo de 2014

Marmolejo, ahora el Psoe se ha empeñado en ganar en las procesiones lo que no es capaz de ganar en las elecciones.

¡¡¡Viva las mujeres de San Julián y la madre que las parió!!!!

Después de mucho tiempo preparando el último boicot, el enésimo, el del ridículo espantoso frente al pueblo, el poblado de San Julián, los vecinos y el mundo, han vuelto estos falsos socialistas de medio pelo a meter la pata hasta las orejas. Ya ni las procesiones se escapan a sus maquinaciones.

Deberían de darles el premio Nobel a la inutilidad manifiesta y sin remedio, pero no lo ganarían por inútiles, de la misma manera que sería inútil apuntarlos en el guinness record de los torpes, porque por torpes, se quedarían fuera; esta es, en resumen, la esencia de unos mequetrefes con los cálculos  justos para llevarse la cuchara a la boca, no se les conoce otra habilidad, los que se hacen llamar  y dicen representar a los socialistas de Marmolejo. 

La historia, que será difícil de olvidar en muchos años, es la de unos infelices que, por pura incultura democrática han  querido devaluar las fiestas en honor a San Isidro, y la de la resolución vigorosa y valiente, desenvuelta y ejemplar de un grupo de vecinas, abuelas y madres de colonos del poblado de San Julián que, sin dudarlo, todas a una y, ante la negativa de  los hombres, los costaleros de siempre, que querían hacer un acto político del deslucimiento de la procesión, se saltaron todos los convencionalismos, se arremangaron, se apretaron los machos y dieron una lección imposible de olvidar; se echaron al hombro las andas y, olvidando los achaques de la edad y cualquier tipo de dolencia o precaución, salieron por la puerta de la iglesia procesionando a San Isidro, su patrón de toda la vida, el de los hombres y mujeres del campo y las cosechas, como se ha hecho desde siempre, como si de jóvenes costaleras se tratara, con un par, con el coraje que tienen las mujeres de esta tierra, con la cabeza bien alta y desafiando a esa parte de sus vecinos que mezclan churras con merinas, política y religión,  boicots y festejos. Esto no se olvida, quedará escrito en la memoria y pasarán muchos años recordando el día en que las mujeres los tuvieron mejor puestos  que los hombres  de San Julián y Marmolejo.

Ya en la calle, acudieron algunos hombres a ayudar y más mujeres metieron el hombro, y nunca un santo fue más de su pueblo, el que no consintió que el día de su romería se quedara en la iglesia; la lección de pundonor fue brutal, yo diría que dolorosa y definitiva,  de la misma forma como una apisonadora pulveriza las piedras, las mujeres de San Julián pulverizaron la ñoñez y el sin sentido de unos vecinos queriendo putear a otros solo porque no aceptan la lógica y natural evolución política y social. 

Los socialistas llevan tiempo mezclando religión y política, están intentando catalogar las cofradías por ideología, según se dejan o no manipular por ellos.  Les encanta llevar la multitud detrás del santo de turno y pensar que les siguen a ellos.  Siguen creyendo las palabras de su malogrado líder cuando decía que en Marmolejo  había una terna de realidades inamovible; La Virgen de la Cabeza, Nuestro Padre Jesús y el Psoe. Desde entonces creen que es su deber sacrosanto fundir y confundir las tres en una, llevar al partido al terreno de lo religioso y procurar que los santos tomen igualmente partido. Quieren ganar las elecciones en las procesiones y en su despropósito, dan la razón a los que ven en ellos, sus pretensiones y actitudes una reedición de los personajes y una vuelta nostálgica a los tiempos en los que religión y estado eran una, grande y libre. Es curioso y paradógico que los que han ganado muchas elecciones despotricando de la derecha y llamando fascistas a sus enemigos, lleven en su ADN la esencia de las formas y maneras del fascio en sus tiempos más ultracatólicos y fundamentalistas.

Los hay que quisieran que Franco no hubiera muerto nunca, de la misma manera los hay que quisieran que piloto y su amo siguieran campando por la plaza de la pedanía gritando aquello de que “aquí se hace lo que me sale a mí de los cojones” y "todos sois unos fascistas". Pero la suerte es que la mayoría de los vecinos son del parecer de que la Libertad nos sienta muy bien a todos, que con ella se respira mejor y se anda más a gusto por la calle, que precisamente los que quieren reventar la convivencia, las fiestas y someter a sus vecinos, son lo que sobran y si no aparecen mejor que mejor.  Aunque en realidad se trata de cuatro desgraciados a los que les han comido el coco y sufren el síndrome de Estocolmo, que llevan tanto tiempo viviendo bajo la bota del tiranucho de turno que ahora tienen miedo de vivir en una libertad que nunca han tenido, ahora por desgracia ven el sol y no lo reconocen, y corren asustados a cobijarse bajo la bota que tanto los pisó y ahora los pisa.  No hay peor ignorante que quién no quiere aprender. Menos mal que hay muchas personas que ya han abierto los ojos y que han decidido que su futuro y su destino lo marcan ellos, con sus propias decisiones, su propio esfuerzo, sus aciertos y sus errores, pero ellos solos, sin salvapatrias, sin líderes con derecho de pernada, ni tragaldabas y comeollas dispuestos a vivir pero sin dejar vivir a nadie. La AAVV de San Julián ha demostrado y está demostrando todos los días que este pueblo no le debe nada a nadie, más bien al contrario,  es acreedor de muchas explicaciones, disculpas y consideraciones.

A los que solo quieren enfrentar a los vecinos y aguar las fiestas, solo hay que decirles que tomen nota y que se unan a una sociedad que no tiene nada que agradecerle a nadie.


¡Viva san Isidro!, ¡Viva San Julián!, ¡¡¡Viva las mujeres de San Julián y la madre que las parió!!!!

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