martes, 15 de julio de 2014

En el Psoe no hay cambio posible, si no se pasa antes por la expulsión masiva de los corruptos, aunque mejor sería una escisión digna de los íntegros

Si yo fuera Pedro Sanchez, ayer, hubiera echado a patadas a Susana Díaz.

Suele pasar que de cuando en cuando un socialista, de los de arriba, cambia la forma de peinarse y la montura de las gafas, entonces suenan los clarines y timbales y se lanza a los cuatro vientos la novedad del cambio definitivo.  Ahora, con el “descubrimiento” de Pedro Sánchez no solo se pronostica un cambio, sino que llega de forma revolucionaria, la revolución del punto final de la corrupción (que no de los corruptos), la reconquista de la Izquierda, la vuelta a las mayorías absolutas y los tiempos de gloria, el pasado ya no existe, el futuro será la hostia, el socialismo podrá quedarse con el centro del PP, la izquierda de IU y las calles de Podemos..., suenan fanfarrias, clamores le preceden y España no volverá a ser la misma: Ha renacido un nuevo Psoe de sus cenizas, … ¡TE QUIÉS IR YÁ!!!

Al movimiento nos remitimos, precisamente, lo primero, ha sido lo primero, reunirse con el epicentro de la corrupción socialista, con el centro geográfico y geométrico de los EREs andaluces, con la heredera universal de la corruptela como forma de vida, la nunca votada y siempre elegida, Susana Díaz…., y en vez de darle una patada (política) en el culo, se la encumbra, adula y refuerza y se pasa a otra cosa, a hablar de lo evidente y pasar factura por los votos prestados: el Psoe de Andalucía, aliñado y marinado en corrupción, pringado hasta los ojos y rebañado en millones y millones de euros perdidos a lo largo de su geografía de cortijo esquilmado, ¡NO SE TOCA!!!

Y no solo el soe andaluz no se toca, sino que cuidado con lo que se nombra, ¡cuidado!, con lo que se dice, cuidado con lo que se vota, cuidado con lo que se pacta. Ya está hecho, se ha controlado el patio solo con enseñar la tarjeta de visita de la esencia mafiosa que constituye la columna vertebral y el modus operandi de lo que es y será aquello que una vez se llamó socialismo, y hoy solo es un vertedero de desatinos donde no pinta bien y huele peor. El Psoe sigue siendo territorio controlado por al vieja guardia andaluza, desde sus cortijos y aforamientos, protegiendo un pasado, presente y futuro en el que su palabra es la ley y la ley no existe, solo su voluntad, sus privilegios y sus corruptelas. 

En el Psoe no hay cambio posible, si no se pasa antes por la expulsión masiva de los corruptos, aunque mejor sería una escisión digna de los íntegros en una plataforma o partido menor, una refundación pero atacando desde antes de Felipe González, si no, no hay garantía alguna de que se tome el camino del lado del obrero, de la izquierda, de lo social, en definitiva de la esencia de la que hoy se presume y no se tiene.

Si yo fuera Pedro Sánchez, si fuera como digo que soy, y si me creyera el discurso que propago a los cuatro vientos, echaría del Psoe a Susana Díaz y a sus cuarenta aforados ladrones. Pero, por desgracia, Pedro Sánchez, ya tenía perdidas las elecciones antes de empezar. En este partido socialista en el que, como en la tómbola de la feria de mi pueblo, siempre toca y todos ganan, nunca cambia nada, y eso que el lema del “cambio” lo han explotado hasta que ha perdido su color semántico. Está podrido hasta la médula, lleva la corrupción en su esencia y ya no hay vuelta atrás posible.

Aquí se quedarán, Madina y el otro, en la ejecutiva, por aquello de tener cerca al enemigo, y la lista, como una torre de babel de la política de bajos fondos, se engrosará de tal forma que quedará irreconocible cualquier signo de identidad que no sea la propia fotografía, la misma que intentarán que se parezca a la de Zapatero, olvidando lo bailado, con esa memoria selectiva que todo lo cura, que permite cambios milagrosos y esperanzas imposibles, la que solo ellos saben manejar para sacar brillo y hacer resplandecer (con perdón),  hasta a una puñetera mierda como si fuera una piedra preciosa, aunque solo sea por unos días, los de las elecciones. 

En Marmolejo no afecta quién haya salido de secretario general, estos presuntos implicados se echaron la foto con Susana a pesar de no haberla apoyado en la campaña interna y, aunque ahora eran fans de Madina, no tardarán en presentar a Pedro  como íntimo de toda la vida del secretario local y valedor de las fechorías de este. Si consiguieron que la Presidenta de la Junta diera en Marmolejo el único “mitin anuncio” de las pasadas elecciones europeas, con la propaganda de una constructora local, son capaces de sacar a Sánchez en la tele con una camiseta que diga: “Manolo, Pilar y Rafa, somos todos”. La de patadas (políticas) en el culo que debería dar este hombre, si fuera quien dice ser.

Por otro lado, qué gran verdad. Una sinécdoque sentenciadora, un tropo con pleno sentido y categórica vigencia, una verdad como un castillo, una máxima de por vida…, “de tal palo, tal astilla”;  acoger en el seno del socialismo andaluz y, por cojones, en el español, la turbia conducta de unos concejales de trayectoria caciquil y en pleno entredicho judicial, investigados por presunto Delito contra La Administración Pública, y defenderlos a capa y espada identificándose con ellos,  a saber, es justo y necesario convenir que conlleva  pues: que el psoe, la Dehesilla, la indecencia, el dinero extraviado, la corrupción, el abuso de lo público, la chulería, la incompetencia, el engaño, la prostitución de las ideas, la necrofilia de los recuerdos, la transmutación de la esencia socialista, la estafa emocional, la maldad para demostrar poder y dominio, el pisoteo del obrero “por su propio bien”, el pistolerismo político, el engorde careando en lo público, los falsos golpes de pecho, los sobres por debajo de la mesa, las barras libres a costa del erario público, los abusos por sistema, la ruina de un pueblo, la desesperanza de sus viejos y el hambre de los niños, los privilegios por el carnet del partido, los autoregalos y prebendas, el derecho de pernada, el renegar de la República y los republicanos, el comerle los bajos a la monarquía,  el neoliberalismo en la sangre, la vuelta atrás en los derechos y libertades, la defensa del rico y el ataque al pobre, el hedor a fascista…; todo es lo mismo, todo es Lozano, Rubalcaba, Sánchez, Madina o Valdivia, todo es Psoe y ya no tiene remedio, y al que no le guste solo le queda borrarse y empezar de nuevo.


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